Continuando con la escapada de La Rioja, el segundo día nos tocaba jugar en medio de un bosque, en el Campo de Golf de Izki.
La primera impresión desde la salida es encontrarte en un parque forestal, con las calles del recorrido dibujadas con variedad de robles y acebos.
El silencio se rompe con el piar de las aves, el viento que mueve las hojas y el ruido seco del golpeo de las bolas.
Para muestra el siguiente vídeo,
Una pega para el juego fue que las calles se encontraban bastante encharcadas, debido al agua acumulada por la nieve y lluvia en los días anteriores.
Sin embargo alrededor de los green, tanto bunkers como el entorno estaba cuidado y con un buen trabajo de mantenimiento.
Me encantaría volver en otra época del año, con el campo más seco y los árboles en todo su apogeo.
Impresiona el hoyo 6 con la sensación de que el bosque te atrapa en el green.
Los comentarios entusiastas de Charo y Julio, compañeros de partida, enaltecían todavía mas la belleza del entorno.
Y aunque no vi a a los ciervos, me consta que alguna partida sí supo divisarlos y que abundan por estos parajes.
El par 5 del hoyo 8 es estratégico, primero el tiro muy a la derecha para hacer el dogle. Después se estrecha bastante lo que requiere mucho control.
El hoyo 13 (hándicap 1 y 2) es de los hoyos más originales que me he encontrado hasta ahora. Son dos tiros a dos plataformas, con hierros, antes de llegar al green. Mi definición, precioso y preciso 😉
Aunque en el hoyo 17 y el 18 aparece el gran lago, no me ha parecido peligroso. El campo se defiende sólo sin necesidad de ampliar obstáculos 😉
Los resultados del juego, en general, no fueron demasiado buenos. En parte este campo, se necesita jugar más veces y también las calles tan empapadas no han puesto de su parte 😉
Así de profesionales estábamos el grupo completo antes de jugar. Por orden, Valentín, Mati, Charo, Amador, Julia, Roberto, Julio, una servidora y el gran organizador (también fotógrafo), Máximo.
Después de la batalla y más relajados después de comer en el magnífico restaurante, Garimotxea.
El último día estuvimos en un campo ya conocido, La Rioja Alta. Quizás el mas prescindible para la próxima vez.
A favor de mi golf, no he perdido ningún día la cerveza que nos apostábamos en cada partida y eso que son jugones-competitivos 😉
En resumen, han sido unos días magníficos tanto de tiempo como de compañía, que espero que se repitan muchas veces 😉
Matilde Ramirez Ustariz
Muchas gracias como siempre una cronista envidiable, por supuesto que se repetirá